
“No hay mal ,que por bien no venga” o “A mal tiempo , buena cara“; son dos dichos, muy conocidos, que me vienen “al pelo” en la entrada de hoy
El impacto provocado por la pandemia, ha llevado a tener que activar acciones ; como el confinamiento, para las que nadie estaba realmente preparado.
La situación acontecida y sus consecuencias, han puesto “de patas arriba” todo nuestra rutina diaria , y nos ha llevado a cuestionarnos nuestras prioridades.
Mucho se ha escrito sobre esto, por lo que no voy a ahondar más en ello. Lo que si me gustaría es compartir, mi experiencia personal, de cómo he afrontado esto.
A mi , particularmente, la situación, me ha permitido, relajar mi ritmo profesional desbocado, y el poder descubrir una rutina diaria, que no recordaba haber vivido hasta ahora.
Mis ritmos; sin la influencia de los viajes profesionales; en el mejor de los casos programados, si no aquellos otros, de urgencia ; me ha permitido fijar pautas y ritmos diarios estables y mucho más consolidados.
He seguido trabajando; durante todo el tiempo del confinamiento; sin tener que parar nunca, por el hecho de que mi empresa produce productos de primera necesidad para la lucha contra esta pandemia. Es más , sufrí, semanas muy complicadas; por permanentes consultas de nuestros clientes, relativas a como afrontar mejor el impacto Covid, y garantizar el suministro de nuestros productos.
A pesar de esto, me encontré con mayor disposición de tiempo; al evitar los desplazamientos habituales a mi oficina; que pude destinar a otras tareas, que hacia tiempo estaban en la recamara, u otras que practicaba de forma esporádica, al no haber sido capaz de incorporar en mi rutina diaria.
La práctica de ejercicio a diario; reemplazando las prohibidas;actividades al exterior, por otras, igualmente efectivas; descubrí las rutinas Tabata; los videos tutoriales en Youtube con rutinas de ejercicios muy efectivas en tiempo limitado. Lo más importante fue , el interiorizar una rutina diaria, que ha quedado ya , como hábito; y que espero no volver a perder en el futuro.

Durante el confinamiento, una de mis rodillas dijo basta; por lo que he tenido que evitar todas las prácticas deportivas de impacto. Y para mi sorpresa, he descubierto , que más alla de correr, que era lo que más me gustaba, hay muchas otras prácticas igualmente efectivas: bicicleta, remo y ahora, que ya podemos salir, la piscina. Todo esto combinado con rutinas de ejercicios diarias calisténicas (esta es otra palabra y su significado, que aprendí durante el confinamiento: son rutinas de ejercicios usando tu propio peso); y que me han llevado a perder peso; tener mi cuerpo más tonificado, y sobretodo, y más importante, a encontrarme mejor físicamente y con mi “coco” más fresco ; o como decian los romanos “mens sana in corpore sano” . En resumidas cuentas : mejor conmigo mismo.
El teletrabajo, me ha permitido , encajar mucho mejor en mi dia a dia, el tiempo de ejercicio físico, compaginándolo , incluso , entre reunión y reunión o de “call en call“. Esas pausas, me han permitido rendir de forma más eficaz, al romper , momentos de bloqueo , por cansancio acumulado, haciendo la misma tarea.
Otra ventaja adicional: ha sido el poder dormir más. Al evitar el desplazamiento diario en coche, que me llevaba a madrugones y noches de sueño cortas, se ha visto reemplazado por poder estar más tiempo en la cama, y levantarme algo más tarde. Incluso algun dia, porqué no, el poder pegarme alguna minisiesta después de comer, si mi agenda profesional , me lo permitia. Descanso y pausas, que han repercutido en estar más fresco que antaño, y ser capaz, de ser más productivo y eficiente.
Una grandisima experiencia que pude disfrutar durante el confinamiento: la mejor; fue el convivir durante tres meses de continuo, con mis hijos adolescentes (las mias y el de mi pareja). Nunca antes, habia tenido la oportunidad de verlos y compaginar actividades con ellos. Hemos hablado mucho, nos hemos reido, jugado y sobretodo lo más importante, respetado y conocido mucho mejor. Este si que ha sido un gran “no hay mal, que por bien no venga“.
Asimismo he podido dedicar tiempo al bricolaje casero, el cuidado de mi jardín ; todo tipo de actividades más físicas, que me permitian “desconectar” mejor de mi dia a dia digital. Si bien me cansaban y me dejaban “molido”; mi cabeza quedaba fresca para volver delante del ordenador, con energias e ideas renovadas.

He podido retomar un proyecto abandonado hace muchisimo tiempo . Una maqueta de casi 3 x 3 metros para una pista de slot (Scalextric); que monté en su dia en el techo del parking , con un motor de persiana, para bajarla y subirla de forma automática. En futuras entradas os pondré más fotos de como va quedando la misma. Por el momento , estoy viviendo algo, que hasta ahora, no habia sabido disfrutar. El hecho de tener tiempo, y poder dedicarme a una afición , sin prisa, disfrutando de la misma poco a poco. El diseño, y montaje de la maqueta, su mejora progresiva y la reparación y mantenimiento de los coches, es algo que estoy disfrutando tremendamente; y que tambien parece ser una rutina, de las que se van a quedar conmigo en mi futuro.
La paciencia, nunca ha sido una de mis virtudes, siempre he pecado de querer hacer muchas cosas; lo más rapidamente posible; sin disfrutarlas y empaparme de ellas, como era debido, mientras las iba realizando. Estos tiempos de confinamiento, me han permitido, al disponer de más tiempo , o cuando menos ser más eficiente con el que dispongo, y saber disfrutar mucho más del camino, que del destino final.
Yo siento, que en mi caso, la experiencia traumatica, que no nos ha quedado más remedio que vivir; me ha aportado el valorar mucho más los sentimientos y las sensaciones, que la riqueza material; el saber disfrutar mucho más de las pequeñas cosas y logros, y sobretodo , el camino para llegar a conseguirlos,; que la necesidad de llegar al final.
Sinceramente, creo que las lecciones que he aprendido , durante esta etapa, se quedaran como habitos consolidados en mi futuro. Y si no fuese, volveré a releer estas líneas, de cuando en cuando, para asegurarme de no olvidarlo.
